Son múltiples, destacando sobre todo cuatro, además de la toma de medicación:
- Alimentación inadecuada.
- Sedentarismo o inmovilidad.
- Padecer obesidad o sobrepeso, que limitan la capacidad de movimiento y de hacer esfuerzos.
- No hacer caso a «la llamada», no tener en cuenta o reprimir las ganas de defecar.
Y además, el riesgo es muy alto si estas circunstancias se dan a la vez, o cualquiera de las cuatro coincide en personas con ciertas características: edad avanzada, mujeres, multíparas, tienen un bajo nivel educativo, toman varios medicamentos, están afectos de depresión, tienen movilidad limitada o inactividad importante, son enfermas crónicas o padecen enfermedades graves (sobre todo diabetes, hipotiroidismo, enfermedades psiquiátricas, neurológicas, cardiacas, respiratorias u oncológicas).
El estreñimiento, por sí mismo, no conlleva mayor riesgo de sufrir otras enfermedades intestinales o colónicas, incluyendo el cáncer de colon, la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn; es dudosa la asociación a colitis isquémica, que puede presentarse en algunos ancianos estreñidos por problemas vasculares propios del avance de la edad, no del estreñimiento.
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