A continuación os dejo un interesante artículo sobre el Síndrome del comedor nocturno que aparece en el boletín de diciembre del Instituto de Ciencias de la Conducta Dr. Jáuregui S.C.P.
No son pocos los trastornos que relacionados con la ingesta parecen expresarse especialmente en la noche, despertando o sin despertar a quien los padece. Se trata de patologías relativamente frecuentes en la actualidad y en su presentación más típica se caracteriza por un impulso incontrolado de recurrir al refrigerador unas horas después de haber cenado. Se trata de pacientes que durante el día no sienten hambre y por la noche experimentan deseos compulsivos de comer, lo que les lleva a concentrar las calorías en las últimas horas del día.
No son pocos los trastornos que relacionados con la ingesta parecen expresarse especialmente en la noche, despertando o sin despertar a quien los padece. Se trata de patologías relativamente frecuentes en la actualidad y en su presentación más típica se caracteriza por un impulso incontrolado de recurrir al refrigerador unas horas después de haber cenado. Se trata de pacientes que durante el día no sienten hambre y por la noche experimentan deseos compulsivos de comer, lo que les lleva a concentrar las calorías en las últimas horas del día.
Esta gran ingesta de comida por la noche hace que el organismo de los afectados concentre sus esfuerzos en digerir los alimentos, provocando muchas veces un insomnio constante que, a su vez, les impulsa a comer más. Así, se crea un círculo vicioso, que sólo se puede solucionar disminuyendo el estrés psicológico y
controlando los impulsos.
Este trastorno suele ser más frecuente en personas obesas, pudiendo ser la ingesta de gran cantidad de alimentos, con alto aporte calórico por la noche, la causa de un progresivo aumento de peso.
Su diagnóstico suele ser difícil, pero se puede constatar al conocer la distribución de las calorías diarias. Se acepta que si la persona concentra más del 25% de las calorías del día en las horas de la noche y ello sucede de manera repetitiva, sobre todo, en horas después de la cena, podría decirse que estamos ante un comedor nocturno.
Además, quienes padecen este Síndrome del Comedor Nocturno, se suelen saltar el desayuno y comer muy poco en las primeras horas de la mañana. Asimismo, encuentran alterado su reloj biológico (ritmos), duermen poco por la noche y experimentan otras conductas compulsivas, además de ansiedad y percepción de estrés.
Fuente: tcasevilla.com
Fuente: tcasevilla.com
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