Algunos ejemplos de los mitos o errores relacionados con la alimentación que se pueden encontrar en diversas culturas son los siguientes:
• Los plátanos engordan, pero los plátanos y la leche adelgazan. (Si los plátanos engordan, éstos tomados con otro alimento todavía engordarán más.)
• Cuando se come menos, el estómago reduce su tamaño. (El tamaño del cuerpo y de los órganos depende del código genético, como es lógico; por tanto, el organismo no crece o decrece en función de si en un momento dado se come más o se come menos.)
• Naranja y leche no deben consumirse juntas, porque “se corta” (se coagula) la leche. (La leche se coagula siempre que alcanza un medio ácido; eso es lo que sucede, por ejemplo, cuando llega al estómago, y esto es imprescindible para su adecuada digestión.)
• El queso, a pesar de sus grasas, es excelente para una dieta de adelgazamiento, porque contiene una cantidad enorme de proteínas. (Los quesos son muy distintos unos de otros pero, en general, un 75% de la energía total procede de la grasa y sólo un 25% de la proteína.)
• Pepinos y manzanas tienen “calorías negativas” porque exigen para su masticación y digestión más energía de la que el alimento proporciona.
• El limón produce anemia: se come los glóbulos rojos.
• Las espinacas dan fuerza.
• De lo que se come se cría.
• Son mejores los huevos morenos que los blancos.
• Las margarinas engordan menos que las mantequillas.
• Se debe beber menos si se pretende perder peso.
• La fragilidad de las uñas se debe a la falta de calcio.
En general, cabe concluir que existe un sinnúmero de factores que pueden influir sobre los hábitos alimentarios, tales como los factores culturales, religiosos, económicos, sociales y psicológicos entre otros.
Bibliografía: GIL, A. Tratado de Nutrición. 3.16. Acción Médica. Madrid.
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