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jueves, 25 de noviembre de 2010

¿Dieta disociada?

La Dieta Disociada o separada de Hay se basa en el fundamento de que los alimentos no contribuyen al aumento de peso por sí mismos, sino al consumirse según determinadas combinaciones.

Sostiene la teoría de que los hidratos de carbono no pueden ser consumidos junto con las proteínas, ya que las proteínas se digieren en medio ácido y los hidratos de carbono en medio alcalino. En principio, este tipo de consumo es casi imposible porque no existen alimentos que solamente contengan proteínas o hidratos de carbono.

En esta dieta, se prohíbe el consumo de leche, frutas, casi todas las verduras, pan, pasta, cereales, arroz, féculas, legumbres, azúcar, dulces, etc. Sólo se pueden tomar carnes, pescados, huevos, embutidos, algunos quesos, café, e incluso se permite la toma de grasas, aceites, vísceras, mariscos y en algunas ocasiones alcohol.

Esta dieta carece de fundamento científico y los resultados obtenidos sólo obedecen a un menor consumo de energía.

Por el contrario, en una dieta equilibrada los hidratos de carbono deben aportar entre el 50 y 60% de la energía total. Así, los cereales (pan, pasta, arroz, etc.), especialmente los integrales, las patatas y las legumbres deben constituir la base de su alimentación y representar un tercio de los alimentos ingeridos diariamente.


La leche y los productos lácteos (queso, yogures, etc.) son una importante fuente de proteínas de elevada calidad, lactosa, vitaminas y, principalmente, de calcio, mineral fundamental para la formación de los huesos y dientes.

Finalmente, se debe promover el consumo diario de frutas, verduras y hortalizas hasta alcanzar, al menos, 400 g/día. Esto es, consumir, como mínimo, cinco raciones al día de estos alimentos.


Fuente: AESAN

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