Estoy seguro que más de una vez al utilizar un huevo os habéis preguntado en qué son esos números que aparecen pintado sobre la superficie de la cáscara.
Pues bien, estos números corresponden a la trazabilidad del huevo. Pero ¿Qué se entiende por trazabilidad?
La trazabilidad es la posibilidad de encontrar y seguir el rastro, a
través de todas las etapas de producción, transformación y distribución,
de un alimento o sustancia destinada a ser incorporada en alimentos, o
con probabilidad de serlo. La trazabilidad aporta credibilidad y
eficacia al sistema de control de la inocuidad de los alimentos a lo
largo de la cadena alimentaria y es obligatoria en el Modelo de
Producción de la Unión Europea.
Así, si aparece un problema en cualquier punto de la cadena en que se
encuentre un alimento, se dispone de información suficiente sobre la
trayectoria seguida por el mismo y puede ser localizado el lote del que
proviene, identificado su origen y analizadas en las distintas fases las
causas que pudieron motivarlo, lo que permite adoptar las medidas
correctoras necesarias y, si procede, retirarlo del mercado.
En el caso del huevo la trazabilidad está controlada desde la granja,
ya que en ella se registran los detalles de la producción: origen de
las aves y del pienso, los controles sanitarios realizados y todos los
demás factores importantes a efectos de la seguridad alimentaria.
En el centro de embalaje se registra el origen y destino de cada lote
expedido y se marca en el envase el registro sanitario y otras
informaciones que hacen posible la trazabilidad completa en cualquier
momento.
La información que permite la trazabilidad queda registrada en cada
operador de la cadena, además de en el envase y en el producto final, y
en los documentos que los acompañan durante su recorrido hasta que llega
al consumidor.
En la cáscara del huevo va impreso con tinta aprobada para uso
alimentario el código que identifica la granja de origen e informa a las
autoridades sanitarias y consumidores sobre la forma de cría de la
gallina y el país de producción. A este código, obligatorio en los
huevos frescos, puede añadirse otra información adicional marcada en la
cáscara (fecha de puesta, de consumo preferente o marca comercial, por
ejemplo).
Fuente: huevo.org.es
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